Estar disponible.
En un día de esta semana… En una esquina una señora con los brazos abiertos y con un cartel que decía "confía en mi, yo confío en vos - ABRAZOS GRATIS" Cruzamos miradas cómplices, no había leído el cartel, sólo me llamaba la atención que en el medio de la ciudad haya alguien mirando a los ojos y con los brazos abiertos. Con una sonrisa de oreja a oreja me dice: -“Abrazos gratis”. Le sonreí, nos dimos un abrazo y nos deseamos buen día. Cruzo a la vereda de enfrente y un chico joven regalando su música en una esquina. Tanta pasión ponía al cantar que me llamó la atención. Yo ya venía sonriendo por el abrazo, la música hizo que sonría aún más… Un señor estaba escuchándolo y sacándole fotos, se dio cuenta que yo sonreía, nos miramos y nos regalamos una sonrisa mirándonos a los ojos. Bajo al subte y el piano de siempre, ¡qué lindo que haya un piano en el subte! Para el que quiera tocarlo, para el que quiera escucharlo.
A veces nos están gritando y no escuchamos, otras gritamos y no nos escuchan... Ese piano está ahí. Disponible. A veces lo ven, otros lo ignoran, a veces es escuchado y otras no (aunque la música este bien fuerte). Como todo, las cosas se dan a veces para el que quiere escucharlas, verlas, sentirlas. Para el que se predispone a eso, el que está abierto, el que busca, encuentra y se deja encontrar, el que mira a los ojos, el que sonríe a pesar de los mil y un mambos que pueda llegar a tener (que la plata, que las cuentas, que el trabajo, que mi novio/a, que mi no novio/a, que mi estudio...). Las cosas se dan para los que están disponibles (como el piano), para el que se arriesga a estar aunque crea que a nadie le importa, para el que se atreve a decir aunque piense que nadie lo escucha. Tanta queja a veces no nos deja ver estas pequeñas acciones, pequeños gestos que te pueden cambiar el día.
Me encantan estas cosas e intento hacerlas de vez en cuando pero siempre estoy del lado del que "da el abrazo", cuando hoy por primera vez estuve del lado del que recibe, entendí lo importante de las pequeñas acciones. Ya lo sabía, ahora estoy más convencida. Yo venía cantando despacito, apurada (y con tiempo) para llegar al trabajo pero me dejé encontrar! Seguí con una sonrisa en la cara durante todo el resto del día.
Qué viva la gente que regala abrazos porque sí, que está con una sonrisa a pesar de todo, que regala su música, su arte... ¡Qué viva la gente que mira a los ojos, que está disponible, se deja buscar y encontrar!
Y vos… “¿De qué te quejás? Tomá consciencia de todo lo que tenés y conectate con la gratitud. ¿Sabés cuántos millones quisieran estar en tu lugar? Si hicieran una fila daría la vuelta al planeta varias veces. Esa actitud egoica de quejarte y creer que necesitás más te trae puro sufrimiento y carencia. (…) La gratitud te deja ver claramente, desde ese estado interior positivo y conectado te vas adentrando cada vez más en la abundacia. Riqueza y pobreza, carencia y abundancia son estados de conciencia que se proyectan en la realidad exterior. Donde ponés tu atención, eso florece en tu vida. (…) La gratitud proviene del ser, siempre pleno y radiante. Observate y fijate dónde estás parado, entonces sabrás qué realidad estás creando” Ivo Makaroff
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